Primero fue Greenspan quien pidió regresar al patrón oro o algún sistema análogo y ahora Trichet solicita volver a Bretton-Woods, un patrón oro sui generis:
Quizá debamos volver a Bretton-Woods, a la disciplina. Porque parece claro que los mercados financieros necesitan disciplina: macroeconómica, monetaria y de mercado. (...) La reciente crisis es en parte consecuencia de la desregulación que ocurrió después del abandono de Bretton-Woods.Vamos, lo que algunos venimos diciendo desde hace tiempo. Volver a Bretton-Woods sería, sin duda, un paso en la buena dirección. Un patrón oro a pequeña escala que, sin ser lo ideal, sería muy superior al sistema fiduciario actual. Para que aclaremos qué significa Bretton-Woods conviene tener presente que hay muchos tipos de patrón oro, que van de una mayor a una menor disciplina:- Convertibilidad en oro de los billetes emitidos por el banco central y circulación (libertad de acuñación) de monedas de oro.- Convertibilidad en oro de los billetes.- Convertibilidad limitada en oro (sólo en lingotes) de los billetes.- Convertibilidad en oro de los billetes sólo para bancos centrales extranjeros.- Convertibilidad en oro sólo de un tipo de billete y para los bancos centrales extranjeros (Bretton-Woods)- Mantenimiento de reservas de oro respaldando los billetes pero sin posibilidad de conversión (sistema actual).Aunque existen muchos grises y posiciones intermedias (por ejemplo, estableciendo controles a las exportaciones e importaciones de oro) en la anterior clasificación, la máxima disciplina monetaria se logra cuando cualquiera puede convertir sus billetes en oro acudiendo a la ventanilla del banco central (es decir, cuando los billetes cumplen su función originaria de pagarés en oro) y la menor disciplina, cuando los pagarés en oro (billetes) se impagan. Bretton-Woods impone una convertibilidad limitada. Sólo los bancos centrales extranjeros pueden acudir a la Reserva Federal para exigir la conversión de sus tenencias de dólares en oro. Pero al menos, la Fed responde ante alguien y no puede expandir continuamente sus pasivos sin, al mismo tiempo, aumentar en cantidad y calidad sus activos (oro). Desde luego, soy partidario de volver a la plena convertibilidad de los billetes en oro y en volver a abrir las casas de acuñación. Sólo así pondremos coto a expansiones crediticias descontroladas como las que hemos vivido en los últimos años.Por cierto, es curioso que los banqueros centrales reclamen un cierto regreso al patrón oro. Quienes consideran errónea esta idea parece que pronto tendrán que hacer campaña para echar a Trichet. Al fin y al cabo, si un banquero central considera que no puede hacer bien su trabajo sin el oro como reserva, o es un ignorante o está en lo cierto. En el primer caso, Trichet sobra; en el segundo, lo que sobra es el sistema fiduciario actual. Interesante disyuntiva.
Quizá debamos volver a Bretton-Woods, a la disciplina. Porque parece claro que los mercados financieros necesitan disciplina: macroeconómica, monetaria y de mercado. (...) La reciente crisis es en parte consecuencia de la desregulación que ocurrió después del abandono de Bretton-Woods.Vamos, lo que algunos venimos diciendo desde hace tiempo. Volver a Bretton-Woods sería, sin duda, un paso en la buena dirección. Un patrón oro a pequeña escala que, sin ser lo ideal, sería muy superior al sistema fiduciario actual. Para que aclaremos qué significa Bretton-Woods conviene tener presente que hay muchos tipos de patrón oro, que van de una mayor a una menor disciplina:- Convertibilidad en oro de los billetes emitidos por el banco central y circulación (libertad de acuñación) de monedas de oro.- Convertibilidad en oro de los billetes.- Convertibilidad limitada en oro (sólo en lingotes) de los billetes.- Convertibilidad en oro de los billetes sólo para bancos centrales extranjeros.- Convertibilidad en oro sólo de un tipo de billete y para los bancos centrales extranjeros (Bretton-Woods)- Mantenimiento de reservas de oro respaldando los billetes pero sin posibilidad de conversión (sistema actual).Aunque existen muchos grises y posiciones intermedias (por ejemplo, estableciendo controles a las exportaciones e importaciones de oro) en la anterior clasificación, la máxima disciplina monetaria se logra cuando cualquiera puede convertir sus billetes en oro acudiendo a la ventanilla del banco central (es decir, cuando los billetes cumplen su función originaria de pagarés en oro) y la menor disciplina, cuando los pagarés en oro (billetes) se impagan. Bretton-Woods impone una convertibilidad limitada. Sólo los bancos centrales extranjeros pueden acudir a la Reserva Federal para exigir la conversión de sus tenencias de dólares en oro. Pero al menos, la Fed responde ante alguien y no puede expandir continuamente sus pasivos sin, al mismo tiempo, aumentar en cantidad y calidad sus activos (oro). Desde luego, soy partidario de volver a la plena convertibilidad de los billetes en oro y en volver a abrir las casas de acuñación. Sólo así pondremos coto a expansiones crediticias descontroladas como las que hemos vivido en los últimos años.Por cierto, es curioso que los banqueros centrales reclamen un cierto regreso al patrón oro. Quienes consideran errónea esta idea parece que pronto tendrán que hacer campaña para echar a Trichet. Al fin y al cabo, si un banquero central considera que no puede hacer bien su trabajo sin el oro como reserva, o es un ignorante o está en lo cierto. En el primer caso, Trichet sobra; en el segundo, lo que sobra es el sistema fiduciario actual. Interesante disyuntiva.
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