miércoles, 22 de octubre de 2008

El Banco de España impidió a Santander y Caja Madrid emitir activos de alto riesgo


Los bancos españoles suelen achacar su solidez, al menos en parte, alhecho de que aquí no hay activos sofisticados de crédito como los quehan provocado la crisis actual en EEUU, por lo que han recibido lacalificación de "tóxicos". Pero no ha sido precisamente por falta deganas. Concretamente, Santander y Caja Madrid trataron de lanzaremisiones de este tipo en 2001 y 2002, y fue el Banco de España -entonces dirigido por Jaime Caruana- el que lo impidió al entender quesuponían un riesgo excesivo. Decisión que resultó premonitoria, envista del curso posterior de los acontecimientos.
Como es sabido, los activos cuyo hundimiento marcó el inicio de lacrisis en EEUU consisten en paquetes en los que se titulizabancréditos concedidos por los bancos (muchos de ellos a clientesinsolventes), divididos en distintos tramos según su nivel desolvencia, que se colocaban a inversores de todo el mundo. La idea erasacar el riesgo de esos créditos de su balance y poder reducir así susrequisitos de capital, algo que ahora se ha demostrado desastroso.
El banco que preside Emilio Botín lanzó al mercado un CLO(collateralized loan obligations) llamado Hesperic en 2001, según serecoge en la Memoria del Banco de España de 2003, con el que pensabaobtener 3.000 millones de euros. Caja Madrid trató de lanzar unproducto similar al año siguiente, llamado Cibeles 1 (nombre que ahoraha adoptado para el holding que pretende sacar a bolsa) por un importetambién parecido. Según fuentes conocedoras de la operación, Caruanaparó los pies a Botín y Blesa porque no quería que la banca españolainiciara estas prácticas de riesgo, pese a que nuestras entidades sequejaban de la desventaja competitiva que esta restricción suponíarespecto a la banca internacional.
El supervisor no prohibió a las entidades lanzar estas emisiones, sinoque les impidió eliminar el riesgo de esos créditos titulizados, conlo que quitaba todo el atractivo de la operación para las entidades.Para entenderlo, hay que saber cómo funcionan estas emisiones. En lastitulizaciones tradicionales españolas, llamadas "titulizacionescash", el banco o caja vende los créditos a un vehículo (fondo detitulización, que a su vez los coloca en el mercado) y cobra porellos; es decir, ingresa liquidez, que era el gran objetivo de estasemisiones durante el boom hipotecario.
Los peligros de las titulizaciones sintéticas
Sin embargo, en las titulización norteamericanas, llamadas"sintéticas", no se venden los créditos y éstos no salen del balance,sino que el riesgo se transmite a través de los famosos CDS (creditdefault swap), los seguros de impago que tan famosos se han hecho conel derrumbe de la gran banca internacional en el último mes.
Con los CDS, hay otra entidad que asume el riesgo de impago de lashipotecas titulizadas, a cambio lógicamente de cobrar un tipo deinterés. Esta entidad solía ser una aseguradora monoline, que tambiénhan protagonizado uno de los episodios más oscuros de la crisis. Perolo importante es que los préstamos se quedaban en el balance del bancoy que no ingresaban liquidez. ¿Para qué las hacían entonces? Pues paralo que se conoce como "arbitraje regulatorio", que consiste enconvencer al regulador de que has vendido tu riesgo y que te permitasacarlo del cálculo del capital mínimo exigido por la ley.
Ahora se ha descubierto que esto era falso -en las titulizaciones,tanto tradicionales como sintéticas, el banco se queda siempre con eltramo de créditos de peor calidad, llamado "primera pérdida" o"subordinado", que nadie quiere en el mercado-, que muchas de estastitulizaciones eran tóxicas porque tenían dentro créditos subprime ode clientes insolventes y, además, que han permitido a los bancosoperar con unos niveles de capital a todas luces insuficientes paracapear la crisis actual.
Eso era lo que ha conseguido evitar el Banco de España al negarse aese arbitraje regulatorio y al impedir a Santander y Caja Madridliberar ese riesgo y reducir sus niveles de capital. Por ello, sólocolocaron un pequeño tramo de Hesperic y Cibeles 1 que era cash, no latitulización sintética (que era la parte más grande de la emisión).Esto fue posible porque en las atribuciones del supervisor bancarioentra la aprobación o no de la liberación del riesgo medianteemisiones, a diferencia de otras prácticas como la excesivaconcentración de riesgos en el ladrillo, donde la regulación no le dainstrumentos para actuar. De ahí que la crisis española no tengadetrás el hundimiento de los activos tóxicos, sino precisamente elhundimiento del mercado inmobiliario.
Los conduits, prohibidos entonces y permitidos ahora
Durante estos años, varias grandes entidades intentaron poner enmarcha conduits, los vehículos que creaba la banca de inversióninternacional para aparcar todos estos activos de riesgo y sacarlosasí de balance, con lo que también reducían sus requisitos de capital.El argumento de las entidades españolas es que estaban en desventajacompetitiva con las extranjeras -que era también lo que criticaban delas famosas provisiones genéricas o anticíclicas, ahora bendecidas portodas las entidades por el colchón que les proporciona ante elvertiginoso aumento de la morosidad-.
Pero la respuesta del Banco de España fue la misma que en lastitulizaciones sintéticas: que el riesgo tenía que quedarse en elbalance y seguir computando a efectos del capital. Curiosamente, ahorael supervisor se enfrenta a la creación de estos vehículos por partede muchas entidades para meter los activos inmobiliarios con los quese están quedando en pago de créditos incobrables, que así evitanincluir dentro de la tasa de morosidad. Parece que, en tiempos devacas flacas, el criterio del Banco de España no es ni mucho menos tanduro como en los de vacas gordas.
Información:http://www.cotizalia.com/cache/2008/10/20/noticias_22_banco_espana_impidio_santander_madrid.html

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