domingo, 8 de febrero de 2009

España está más que en crisis.Los supermercados "blindan" los productos de primera necesidad al dispararse los robos

A. BLANCO / G. PORTO La crisis económica les ha convertido en ladrones. La desesperante situación en la que están inmersas muchas familias ha disparado los hurtos famélicos, o lo que es lo mismo, roban para poder comer. Los supermercados vigueses han activado todas las alarmas. El ladrón habitual, ajado y que esconde bajo su chaqueta una botella de alcohol o una tableta de chocolate es ya un mal menor. La preocupación de los responsables de las tiendas de alimentación va ahora más allá. El cliente fiel, la señora bien vestida o el hombre trajeado que camina entre las estanterías de las conservas y los aceites también se han convertido en sospechosos. "Antes entraba un ladrón en el negocio y te dabas cuenta a lo que venía; ahora no sabes quién puede estar robando. Hemos cogido a gente de todo tipo que lo están pasando mal y no les queda otra alternativa que hurtar comida", reconocen desde un conocido supermercado.
"Ahora casi todos los días detectamos a alguien robando", asegura Tita Martínez, encargada del supermercado Moldes de San Roque. Éste ha sido uno de los primeros establecimientos de la ciudad en tomar medidas para frenar el pillaje. La desaparición de latas de conserva durante los últimos meses obligó a los responsables del negocio a blindar este producto con una mampara. Al igual que sucede en la mayoría de establecimientos de la ciudad para comprar alcohol o productos de cosmética, el cliente debe solicitárselo a una empleada para que abra la vitrina. "Lo de las conservas era un escándalo. Cada vez que hacíamos inventario faltaban muchísimas y tuvimos que tomar esta medida para frenar la sangría", explica.
"Nos morimos de vergüenza"
Los responsables del los supermercados encuestados por este periódico reconocen que sería necesario blindar más productos de primera necesidad para evitar que se continúe robando, pero admiten la dificultad que ello supone. "Se llevan comida de todo tipo: carnes, pescados, embutidos, empanadas... Y lo peor es que cuando los pillas, nosotros y ellos nos morimos de vergüenza, ya que muchos son clientes habituales", reconoce Lorena Rodríguez, de un súper de Bouzas.
En el Moldes de San Roque el blindaje ha ido más allá de las conservas. El aceite es otro de los productos golosos que llama la atención a estos inexpertos ladrones. Al igual que en las tiendas de textil, en este negocio las botellas más caras llevan una alarma colgada para evitar que las sustraigan. "Pero hay muchos trucos para evitar que no suene cuando la roban", lamenta una de las empleadas.
Aunque muchos de los nuevos delincuentes son "aficionados", los empleados de las tiendas de alimentación reconocen que la mayoría de ellos sabe elegir el mejor momento para cometer el robo. "Suelen venir al mediodía, cuando hay menos empleados en el supermercado. De todas formas se les nota que no robaron nunca en su vida y pasan mucha vergüenza cuando los cogemos in fraganti. Dejan las cosas y agachan la cabeza. Nosotros nos vemos obligados a denunciarlos porque sino nunca vamos a terminar con esto. Los ladrones habituales no se callan, sino que protestan o se largan corriendo", reconoce Lorena.
Los bolsos se han convertido en el "arma" más temida en los supermercados. "La última vez que cazamos a una señora llevaba más de 70 euros en productos robados. Era una clienta asidua que intentaba llevarse varias piezas de carne, embutido, pescado, leche... Nos quedamos boquiabiertos cuando vimos todo lo que logró meter en el bolso", recuerda la Rodríguez, aún sorprendida.

Iformación:http://www.farodevigo.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009020800_2_295222__GRAN-VIGO-Alerta-ante-hurto-famelico