Las estimaciones del Libro Blanco del Ministerio de Finanzas irlandés para los Presupuestos de 2012 convierten su lectura en desagradable. Lo que muestran es que, en las previsiones del mismo gobierno, la política de imposición de la “austeridad” es un fracaso. Artículo de Michael Burke.
Según las proyecciones, los ingresos son efectivamente irrisorios, 39.9 mil millones de euros en 2012, en comparación con 39,2 mil millones de euros en 2011. Los ingresos corrientes (principalmente fiscales) aumentarán en apenas un 1,7%. Teniendo en cuenta que este porcentaje se encuentra próximo a la tasa de inflación que, probablemente, se verificará, eso significa que las previsiones oficiales no esperan, en total, un aumento real de los ingresos.
La situación es aún peor en términos de gastos. El gasto total caerá a los 61,5 mil millones de euros, frente a los 64,4 mil millones registrados en 2011. Sin embargo, este descenso de 3 mil millones de euros es mayor del explicado por el descenso proyectado de 6,3 mil millones de euros en gastos de capital para socorrer bancos fallidos (aunque, a pesar de repetidas promesas, aún serán necesarios nuevos fondos de rescate de 1,3 mil millones de euros en 2012, sobre 3,1 mil millones de euros en la emisión de garantías bancarias).
Esas estimaciones, de hecho el propio nombre Exchequer, son una reliquia de la historia colonial creada para dar cuenta de cuanto Gran Bretaña fue gentilmente concediendo préstamos a este país (sin incluir del todo los saqueos del sector privado, que eran el objetivo del proyecto). Un proceso semejante ocurre aún en el Norte de esta isla y es una señal de cuán poco las perspectivas oficiales cambiaron aquí en los últimos 90 años en que aún son usadas.
En de vez de eso, la UE insiste en la necesidad de una definición del Saldo de la Administración Pública (SAP) que, en realidad, incluya todos los aspectos de las finanzas públicas, no esas “estimaciones”, que tienen en cuenta apenas una parte de los gastos y del rendimiento del gobierno central. En particular, incluye, al contrario que las estimaciones, los pagos e ingresos del Fondo de Seguridad Social, el Fondo Nacional de Pensiones, las administraciones locales y otros elementos. El resultado proyectado para las finanzas del gobierno según el índice SAP es divulgado abajo. El déficit en el SAP aumenta en 2012. Esto después de ser retirados de la economía 6 mil millones de euros mediante el ajuste fiscal introducido en los Presupuestos del año pasado, y de la introducción de un impuesto totalmente nuevo (y regresivo) bajo la forma de tasa social universal. El veredicto es claro: el déficit está subiendo, no cayendo. El déficit como proporción del PIB deberá estabilizarse, pero apenas debido a una previsión de crecimiento que puede, o no, concretarse.
Por tanto, cuando los ministros del gobierno de cualquier partido afirmen confiadamente a lo largo de los próximos días que sus medidas presupuestarias van a traducirse en la reducción del déficit, la primera pregunta debe ser, ¿por qué van a funcionar estas medidas cuando todas las medidas anteriores fracasaron?
Tal vez la segunda pregunta deba ser, si todos los recortes masivos que causaron recesión, desempleo, inmigración, pobreza y miseria no producen comprobadamente reducción del déficit, ¿hay realmente otro objetivo, no declarado, de esta política?
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